martes, 1 de mayo de 2018

Fútbol Grado Cero

Perseguir la pelota se remonta en el tiempo casi 4000 mil años según lo indican descubrimientos arqueológicos en Japón y China. Hubo también hallazgos en Grecia, Roma y la civilización maya que indican la práctica del tosco deporte a lo largo de todo este tiempo en ambos hemisferios. Hordas se juntaban con la idea de correr detrás del objeto en un duelo carente de reglas y escrúpulos. El juego, que era más batalla campal, era el catalizador perfecto para que jugadores y espectadores se olvidaran de las contrariedades de la semana por lo que siempre atrajo grandes concentraciones de adeptos. 

Solo hasta el siglo XIX la Gran Bretaña post-Revolución Industrial, que por el protestantismo había desligado las decisiones importantes del brazo clerical, fue terreno fértil para el desarrollo intelectual que refinó el ejercicio físico, la cultura, las artes y la educación académica. Ahora el juego primitivo, mucho más parecido al rugby en su funcionamiento, iniciaba en los campus universitarios de la tierra de Darwin, un proceso de selección natural entre quienes utilizaban las manos y quienes utilizaban los pies. Fue necesaria la intervención de una clase educada capaz de invertir esfuerzos y recursos en su tiempo de ocio para que rugby y fútbol definieran su identidad por medio de la práctica y el tiempo.

Así que al Reino Unido se le debe la formalización de un juego que en principio ellos practicaban sin otra norma que llevar la pelota hasta un punto determinado. Las castas educadas de Cambridge y Rugby (una ciudad con amplia vida universitaria) definieron los límites entre ambas disciplinas que grosso modo fue la prohibición de las manos para todos los futbolistas (los arqueros no existían en ese momento). A continuación se pretendió unificar la carrera de los participantes y así evitar que los delanteros permanecieran estáticos alrededor del objetivo. Vino el saque de la banda y la penalización cuando las entradas excedían un límite de dureza.

Fue inevitable la proliferación de clubes no universitarios empezando por el Sheffield Club en 1857 y el Notss County en 1862 lo que indujo a la conformación de un ente que reglamentara la práctica y que vio luz el 23 de octubre de 1863 con la fundación de la Football Association. Había nacido el fútbol. La asociación instauró la medida de la canchas, postes laterales y terminó de moldear la identidad del nuevo deporte al darle forma definitiva al balón que aún era ovalado y atraía burlas de los rugbistas que entre otras cosas consideraban el nuevo deporte muy delicado.

La Football Association crea la primera competición de la historia en 1871, la copa de la Football Association, y en 1872 se juega el primer partido internacional de la historia entre Inglaterra y Escocia con empate a cero, dos selecciones que además influencian todo el fútbol procedente con dos estilos claros y opuestos. El primero de lucha, el segundo de talento.  

La práctica se expandió como pólvora por todo el Reino Unido. De hecho, la primera copa de naciones de la historia incluye a las selecciones de Inglaterra, Escocia, Gales y una selección de fútbol de la isla de Irlanda. Un ente que reglamentara los encuentros internacionales fue necesario y así formaron la International Formation Board, estamento normativo que terminaba de unificar la práctica del deporte y de organizar la primera copa que a la postre fue ganada por los escoceses. 

En Sudamérica el deporte se disemina debido a la fuerte actividad comercial de los ingleses, que además habían cruzado el Canal de la Mancha y entraron a España por Huelva y Gibraltar donde sus marineros mantenían una agitada extracción de cobre; en Europa central y oriental el fútbol se inocula a través de Suiza, aliado de antiguas y sólidas relaciones comerciales. Puntos estratégicos habían acogido el deporte, era solo cuestión de tiempo para que se esparciera por todo el continente y el mundo.
  
La nueva práctica representaba comunidades enteras con jurisdicciones establecidas, lo que causó una fiebre asociativa que condujo al nacimiento de varias confederaciones nacionales y de torneos profesionales, el primero de ellos, el organizado por la Federación Nacional Española en 1902 y que enfrentó en la final al Club de Fútbol Barcelona contra el Vizcaya Fútbol Club que saldría vencedor. Años después sería re-nombrado como Athletic de Bilbao.

En 1904 representantes de ocho naciones europeas se dan cita en París con la excusa de presenciar el encuentro internacional entre las Selecciones de Francia y Bélgica. También charlarán sobre la importancia de crear un organismo supranacional que organice y reglamente el fútbol en Europa y el mundo. Es el nacimiento de la FIFA con la ausencia de los representantes del Reino Unido que tienen esta tendencia al separatismo, y que consideraban el nuevo estamento incapaz de reglamentar el deporte en todo el planeta. Solo hasta 1910 la FIFA recibiría petición de asociación por parte del Reino Unido, con el inconveniente de que el reglamento establecía un equipo por confederación, y ellos eran 4 Selecciones con confederación. El congreso de la FIFA, pensando en una Federación en pleno crecimiento, resuelve que cuatro selecciones son mejor que una.

El fútbol se convierte en deporte olímpico en los juegos de Londres 1908 donde Inglaterra alcanza la presea dorada, como lo haría cuatro años después en Estocolmo. Las olimpiadas proporcionaban un comedido pero prometedor Campeón del mundo, como después lo sería Uruguay dos veces consecutivas, de ahí que su escudo ostente cuatro estrellas aunque hayan ganados dos mundiales, y que las tribunas del Estadio Centenario se llamen Colombes y Amsterdam, ciudades que albergaron los olímpicos en los años que Uruguay se llevó el oro.

El fútbol convertido en deporte olímpico había abierto el espectro de participación a todo el mundo, se había convertido en un escenario mucho más amigable para las confrontaciones nacionales que los campos de batalla. Después de los primeros juegos olímpicos del siglo se plantea para la FIFA un liderazgo global capaz de unir en el fútbol lo que estaba separado por la política. Cuando el deporte está listo para una primera competición al comando de su ente rector, los fuegos de la guerra estremecen toda Europa y hacen posponer el torneo hasta 1930, Uruguay organiza el primer mundial de fútbol. 

lunes, 5 de marzo de 2018

Liga resuelta

Como siempre el Barca - Atlético fue un partidazo, como siempre dos equipos fieles a su estilo, cada uno muy diferente al otro, cualquiera pudo haber ganado pero como siempre el Barca sacó ventaja, como siempre por una genialidad del 10.

Parece que la herencia Guardiola en el Barca será perpetua, o por lo menos hasta que sus filtros de entrada y salida sean Busquets e Iniesta. El Barca desde el primer minuto a poner condiciones, a adueñarse del ritmo del partido y a imprimirle velocidades. 

Al frente un equipo diseñado para contrarrestar ese estilo. Si Busquets e Iniesta irradian el estilo del Barca, Godín y Josema Jiménez (uruguayos además), Filipe Luis, Gabi, Koke y hasta Costa definen un estilo recio, de empuje, uno que copa toda la mitad de la cancha, que presiona en bloque y se releva en ataque y defensa. 

Ver un Barca - Atlético es el juego de descifrar si la estantería catalana será capaz de expugnar la fortaleza colchonera. Por lo general, desde que el Cholo dirige las huestes del Atlético les resulta casi imposible. Se requiere de un arma lo suficientemente poderosa para alterar un planteamiento táctico que es fiel al estilo de Diego Simeone cuando era jugador de fútbol, es decir, la actitud sobre el planteamiento táctico. El Barcelona cuenta con esa arma y por eso ganó. Como resumió Simeone después del partido "Si le poníamos nuestra camiseta a Messi, ganábamos nosotros".

Las cargas estuvieron tan parejas que solo una bola quieta desequilibró el partido, un chanfle de Messi al ángulo, inatajable, de esos que al mirar en cámara lenta se observa como el efecto va yendo hacia afuera, alejándose del rango de acción del arquero a medida que avanza, igual que una bola de billar. Messi además tiró un túnel, tuvo tres o cuatro de esos cambios de velocidad que dejan plantado al defensor y fue pasador. Messi, simplemente Messi.

Los blau granas se aseguran el título con esta victoria sobre su más cercano seguidor. Hay que decir las cosas como son, el Atlético es el segundo mejor equipo de la Liga BBVA, es casi inverosímil que el Barca ceda los 8 puntos que ahora los separan entre sí. La de ayer era la final y la ganó el Barca.  

viernes, 2 de marzo de 2018

Debut más agrio que dulce para Colombia en la Libertadores 2018

Esta semana debutaron los cuatro equipos colombianos en Libertadores, con un saldo más agrio que dulce, 5 puntos de 12. De los 4, los tres que fueron locales fueron incapaces de ganar, mientras que Nacional se llevó la victoria de visitante.


Sobre el papel el grupo de los verdes es el menos competitivo, y el partido del pasado martes era el que en teoría representaba más dificultades, aunque Colo-Colo fue un equipo limitado, sin variantes de ataque, dependiente del talento de Valdivia que se ve solo en un equipo estático. Nacional fue inteligente, esperó en 3/4 de cancha y metió una de las que tuvo. Los chilenos carecieron de respuestas futbolísticas y fueron incapaces de imprimirle el vértigo que requiere un partido que se va perdiendo y de local. Nunca el trámite pareció anticipar un empate de los chilenos y ahora Nacional parece un fijo en octavos de final.

Millonarios se la vio con un equipo de mucho más oficio como Corinthians, un equipo que jugó a lo que juega la Selección Brasil, a entregar la pelota y esperar que el rival juegue todas sus cartas para salir y golpear. Millonarios es un equipo corajudo, que corre todo el partido y se para bien en defensa, pero al que le falta talento para atacar. En la segunda mitad Millonarios llegó hasta donde Corinthians permitió. El Timao fue un equipo corto, con dos puntas que corrían a balones al espacio, mientras que el juego de Millonarios incapaz de generarse en sus mediocampistas, tuvo que gestarse desde sus defensores y ese es un problema. Un empate justo por el trámite del partido, amen de un palazo de Corinthians en la segunda parte, y la calidad de ese arquerazo que es Faríñez. Ar-que-ra-zo.

Por la derrota 0-3 de Junior con Palmeiras es culpable Germán Gutiérrez que se hace expulsar por tirar una patada al pecho en los primeros 10 minutos del partido, pero también Alexis Mendoza, DT del Junior, al no restablecer inmediatamente el hueco en defensa, que fue por donde entró el primer gol de Palmeiras. Con un jugador menos y el marcador abajo, el partido ya presagiaba en 20 minutos lo que finalmente sucedió. 

Santafé cometió un error individual que le costó el empate y a partir de ahí fue un mar de nervios; la sacó barata en el partido que en teoría era el menos complicado. Con el marcador empatado, Santafé se partió totalmente, había como 20 metros entre línea y línea, lo cual permitía que todos los rebotes fueran de Emelec, un equipo recio, fiel al estilo ecuatoriano de potencia física y corpulencia. Cuando Santafé necesita ir al frente pierde los papeles y ataca como puede, es decir tirando bolas entre líneas separadísimas, lo cual implica que los receptores siempre van a recibir el balón de espaldas, y que el trabajo del rival va a consistir simplemente en anticipar. Le falta mucho trabajo a Santafé.

Ahora toca recuperar los puntos perdidos en partidos que por pergaminos serán mucho más difíciles, Santafé con River, Millonarios con Independiente y Junior con Boca Juniors, todos en Buenos Aires; Nacional recibe a Delfín (así se llama) de Ecuador. Nada en el fútbol está escrito pero el futuro de los 4 empieza a tener contornos claros.

Gracias comentaristas deportivos colombianos

Como usualmente sucede, la transmisión de Millonarios-Corinthians, la de Santafé-Emelec y la de Junior-Palmeiras resaltó por su calidad técnica y por la pobreza en el análisis de sus comentaristas. No me sorprende en absoluto, de hecho es normal que los periodistas deportivos en Colombia, a excepción de dos o tres, no tengan ni idea de fútbol.

Particularmente, cuando veo una transmisión me gusta que los comentaristas revelen situaciones del partido que yo fui incapaz de percibir, y que como "expertos en fútbol" están calificados para identificar. Pero eso no sucede. Los comentaristas son incapaces de analizar un partido con algún grado de profundidad y terminan describiendo lo que es evidente o rellenando los espacios vacíos que deja el narrador con frases refrigeradas. Por ejemplo, si hay muchos centros, un comentarista colombiano promedio diría "hubo centros" (no falta el que dice "hubieron" centros), lo cual resulta bastante patético e innecesario.

Tampoco los culpo. No es fácil leer un partido, para desentrañar las dinámicas que rigen un juego se requiere haber visto mucho fútbol y ese no es su caso. Pero la situación se ha hecho tan impune que he aprendido a conformarme, a simplemente pasar por alto todos sus comentarios y hacer de cuenta que son un hincha más que tiene derecho a decir lo que quiera. 

Pero eso no es todo. Estoy resignado a que un comentarista en Colombia no haga un análisis clarificador, a que no contribuya con datos importantes (mucho menos que los sepan), así que simplemente me conformo (o he aprendido a conformarme) con que comenten lo que ven. Pero ni eso pueden. Los comentaristas colombianos son desatinadísimos, como si estuvieran transmitiendo otro juego. Dicen cosas que no concuerdan con el desarrollo de los partidos, y como el público en general hace lo mismo, es decir, dar por sentado que no hay nadie hablando, los comentaristas cada vez tienen menos control y dicen lo que se les canta. He terminado por bajarle el volumen y presenciar transmisiones perdiendo el sonido ambiente que es un ingrediente importantísimo del fútbol. Todo con tal de no aguantar las irrealidades con las que salen.

Supongo que en el fondo me corroe la cochina envidia de que un tipo o mujer que no sabe nada de fútbol viva de comentarlo, que los lleven a cubrir partidos nacionales o internacionales, que tengan acceso a estadios, a la grama, a los camerinos, a interactuar con los jugadores (por respeto a sus familias no diré nada sobre las preguntas que les hacen antes y después de los partidos), y todo eso a mí me encantaría, vivir del fútbol, tener una entrada económica y que Win Sports, o Fox Sports, ESPN, RCN o Caracol, me pagaran a mí en vez de pagarles a esos sujetos que solo dicen cosas por decirlas. Así que lo admito, es envidia de que una gente que no sabe de fútbol viva de hablar de fútbol.

Yo sé que es muy hijue#@$&% culpar a un empleado por lo simplón de su trabajo y mucho más exhortar a sus jefes a ejercer más control.  No es eso lo que pido (a menos que me busquen a mí). No es necesario prescindir de sus servicios, sí hacerlos caer en cuenta de todas las incoherencias y contradicciones en las que caen. Que por favor los jefes de recursos humanos consigan un experto, o alguien que sepa medianamente de fútbol, y con cuidado examinen al azar cualquier transmisión para identificar la cantidad de disparates que dicen por partido. Notarán que no es mentira lo que digo. 

Por otro lado, en el fondo también agradezco su incapacidad de análisis, o sus análisis triviales, porque me han exhortado a hacer mi propio análisis. Y por favor no se malinterprete que soy prepotente y que me ufano de mi conocimiento futbolístico; es solo que he visto mucho fútbol en mi vida y por haber puesto gran parte de mi ocio en él, he desarrollado la capacidad de por lo menos identificar las dinámicas más decisivas en un partido, además no me las invento.

Así que la incapacidad de los comentaristas en Colombia ha sido el puntapié inicial de mis propios análisis. Gracias. Empezaré con el debut de los equipos colombianos en Copa Libertadores 2018.

Malos jugadores

Una de las 1000 razones que hacen de Lio Messi el mejor de la historia, me atrevo a decir la más importante, es su amor al fútbol. Desde que veo este deporte en cualquiera de sus formas recuerdo pocos jugadores que disfrutaran tanto con el balón a sus pies. Es una idea en apariencia simple pero nada superficial. Hay otros jugadores que también aman el fútbol, pero aman más ganar en el fútbol, lo que constituye una visión y por ende una manera de vivir el fútbol diametralmente opuesta. 

Messi juega para tener el balón en su poder, para sentir el placer de tocarlo con su pie una y otra vez. Entonces en una carrera Lio busca lo que quiere, no importan las patadas, las zancadillas, los halonazos en la camiseta cuando deja rivales desperdigados, su objetivo es no despegarse del balón. Su amor es la pelota y salvo una entrada que realmente lo desestabilice él seguirá corriendo como el niño que corre detrás de su juguete.

El amor a ganar es otra cosa. Amor a ganar es el caso de Luis Suárez, de Robben, de todos los jugadores que se atreven a ensuciar el deporte con una "picardía". Aunque tengan las condiciones para ser número uno, jamás lo serán porque la condición más importante es un amor a la pelota más fuerte que cualquier otra cosa. Querer ganar los ha hecho inventar faltas, perder tiempo deliberadamente, pegar, pegar y hacerse la víctima, engañar a un defensa que fue a hacer su trabajo y terminó siendo timado por la mala intención de jugadores como estos.

Todos ellos serán siempre segundones. Porque al hacerlo, inconscientemente aceptan no ser ni estar lo suficientemente capacitados para ganar con talento, ellos dan por sentado que los medios justos son insuficientes y en consecuencia requieren de comportamientos como estos, totalmente extradeportivos. Solo logra ser mejor quien cree que puede ser el mejor. 

Si yo fuera Director Técnico y mi delantero finge un penalty, aunque no lo piten, yo lo sanciono tres fechas y me importa un carajo que sea la estrella. Como se atreve a enviarle ese mensaje a sus compañeros, a ensuciar mi amado deporte. ¿Cual es el mensaje de un jugador que a pesar de las patadas y las faltas continúa hasta donde puede? El mensaje es vamos a dar lo mejor de cada uno, vamos a demostrar con fútbol que somos mejor equipo. El mensaje de quien se tira es "no podemos, no somos capaces, esperemos que esto sirva de algo".

Así que más trabajo desde el cuerpo técnico con la formación de personas, es por su propio bien. Vamos a censurar esto desde el cuerpo técnico y no a esperar que sea castigado desde la comisiones arbitrales. A fin de cuentas se trata de no mentir, y si nadie dice nada, significa que todos son convenientes, que no hay integridad y que están dispuestos venderse al mejor postor. ¿Alguna vez vieron tirarse a Messi? Yo no.

En defensa de Ney

En estos días le tiraron a Neymar un balón de 40 metros, el tipo ve venir la pelota, se gira y la baja con la espalda, cuando el balón está muerto, le mete el pie por debajo y le tira un globo a un defensa que de inmediato lo agarra de la camiseta y detiene la jugada. Así debería responder cualquier jugador, o cualquiera con algo de sangre en las venas. El rival acometido actuó como correspondía.

Los actores externos, es decir todos los jugadores alrededor, técnicos, directivos, hinchas, periodistas, todos, deberían ponerse de pie y aplaudir que existan jugadores como Neymar con la capacidad de convertir el fútbol en espectáculo, de convertir en magia una jugada que no anticipa mayor cosa. 

Sin embargo hay "amantes del fútbol" que critican eso. Que les molesta que haya un jugador que se salga de las normas e incluso hablan de "falta de respeto", y se atreven a utilizar palabras como "payaso", "ridículo", "sobrado". Por jugadores como Neymar es que el fútbol es bello. No voy a negar que a veces peca de dramático, pero lo que hace cuando tiene el balón en los pies es espectacular (o en la espalda), continúa la cadena brasileña del talento, del amor a la pelota que nos hace correr a ver la jugada. Gracias Brasil por eso.

Que haga una y mil de esas, que las haga en el minuto 1 y en el minuto 90, que sea irresponsable, que se divierta lo que más pueda, Neymar y todos los amantes del fútbol, porque finalmente eso solo lo hace un amante del fútbol; que tiren tacos, que hagan malabares, que hagan valer cada centavo que un hincha paga por ir a verlos a la cancha. Ante una jugada así estoy de pie y con las palmas rojas de aplaudir. Mucha fuerza a Ney en su recuperación. El fútbol lo necesita en su fiesta más importante.


martes, 6 de febrero de 2018

Idiosincrasia del fútbol sudamericano

El fútbol fue inventado por los ingleses que además tuvieron la gentileza de traerlo a Sudamérica cuando estaban invadiendo el mundo. Sus marineros obligados a hacer algo con el tiempo de ocio decidieron recrear el deporte que practicaban en su isla natal pero que aún no terminaba de tomar forma. Eso que al comienzo era una exclusividad europea, con el tiempo fue diseminándose por el continente en el alba de sus repúblicas. Comenzaba una historia de amor.

En Sudamérica el deporte se redefine. Sus habitantes naturalizaron el juego que se convirtió en estilo de vida. Desde entonces las generaciones nacen, crecen y viven alrededor del fútbol. Un sudamericano en un día promedio puede ir a jugar fútbol, jugar play station (fútbol), leer prensa o ver noticias sobre futbol local o mundial, ver algunos partidos por televisión y quien realmente se especialice, le dedica tiempo a partidos históricos, estudia, lee o escribe sobre fútbol. 

Alrededor del deporte se ha creado una memoria colectiva nacional, es decir, cada país en Sudamérica juega a su manera, está en su adn. Estas fórmulas que son más instintivas que conscientes, más naturales que tácticas, son el resultado de las coyunturas de cada nación fusionadas al fenómeno deportivo. El resultado de ese sincretismo cultural ha sido unos estilos definidos de jugarlo que a la postre les permitieron erigirse como la vanguardia del deporte. Al día de hoy cada sudamericano apela a estas formas de juego, no por producto del aprendizaje, sino echando mano de una herencia que siente el deporte como parte de su vida. Así por ejemplo, hay valores que se construyen a partir del fútbol, por nombrar algunos, sentimientos de arraigo hacia la nación, ciudad o barrio.

Sobra decir que estos estilos no son camisas de fuerza y que cualquier generalización es un despropósito, sobre todo si hablamos de un deporte que cautiva por ser impredecible. Estos patrones de cada asociación, ligeramente más proclives a encontrarse en fútbol de selecciones que de clubes, responden a circunstancias territoriales y republicanas que van forjando identidades nacionales.

Brasil es la diversión, el baile, el fútbol como juego, la técnica excelsa que inevitablemente desmboca en juego bonito. Está tan naturalizado en su información genética, que los brasileros no tienen que aprender a jugar, ya nacen con la habilidad incorporada de pegarle a la pelota, de pararla, de poner el pie como tiene que ser. He conocido casos de brasileros reacios al fútbol pero con la habilidad congénita de jugar con la pelota como si fuera una extensión de su cuerpo. Si los brasileros se están diviertiendo en cancha, aunque sean pocos, ya es indicio de que van a ganar porque además, sí que saben lo que es ganar. 

Uruguay es la garra. Uruguay no juega bonito, ni siquiera se caracterizan por una táctica ferrea o gran calidad técnica. Uruguay juega a ser incómodo, a fastidiar, a hacer que el rival tenga que correr más de la cuenta. Juegan sin la pelota, invitan a que el otro equipo utilice todos sus cartuchos y cuando eso pasa, en el uno-a-uno llevan las de ganar. Cuando atacan, tiran una pelota larga y todos van a lucharla como si fueran un equipo de rugby. Se ubican estratégicamente esperando que el rebote les favorezca y sí que les favorecerá. Todos son cazadores esperando que el balón pase cerca, como un depredador acechando la presa. No van a definir con clase excelsa, van a romper el arco. Si no van a ganar, dejan claro que no será fácil derrotarlos. Así son la Selección más ganadora de la historia. Un país de 3 millones de habitantes es el epítome de un estilo del que cualquier equipo de fútbol debería nutrirse.

Argentina es el talento y la comprensión del juego. El jugador argentino conoce bien su posición, responde a cualquier planteamiento táctico y comprende que quien maneja los tiempos del partido maneja el juego en general. Es por eso que pueden tocar la pelota durante minutos sin otro propósito que dejar en claro que a ellos les pertenece el ritmo y por ende el juego. Siempre hubo un argentino que entendió mejor que nadie las características de su posición. Además siempre tienen un valor agregado. Un Maradona, un Riquelme, un Palermo, un Crespo que marca la diferencia. Messi es otra cosa. 

Colombia es el buen trato al balón. Les gusta tenerlo en los pies, lo que a veces juega una mala pasada. El fútbol colombiano, al no estar acostumbrado a ganar, sufre embates de mentalidad cuando juega por cosas grandes. Concretamente, mentalidad significa tener la claridad de levantar la cabeza y tomar la mejor decisión cuando las altas instancias de un torneo tienden a nublar la mente. Mentalidad es por ejemplo el cuarto gol de James Rodríguez contra Japón en Brasil 2014, tener la sangre fría de pinchar la pelota cuando sale el arquero al final del partido. 

Paraguay es letal tirando centros por arriba y por abajo. Siempre han tenido laterales que van al ataque y por eso sus delanteros y volantes siempre están esperando el centro, como lo han esperado desde que juegan fútbol. Ellos sí que saben resolver un balón que viene de costado. Se sienten cómodos cada que el balón abandona la banda y empieza a internarce en el área, si viene por arriba mucho mejor. Esa es su identidad, en eso es que son buenos y así han ganado lo que han ganado. 

Bolivia es el signo claro de que acá se juega el mejor fútbol del mundo. No porque sean grandes, sino porque siendo los menos talentosos a cualquier grande le pueden ganar. De hecho me encantaría que algún día Alemania, España o Francia visitaran el Hernando Siles Suazo. La media y larga distancia boliviana ha sido un arma letal contra todos los equipos. La Paz, su escenario antes inexpugnable a 3200 mts, es una invitación a pegarle de lejos al arco. Al haber menos oxígeno, hay menos resistencia al balón. Algunas personas dicen que la altura es un mito, no lo es. Menos oxígeno en el cerebro significa menos lucidez para tomar decisiones. Si a La Paz se llega sin un plan definido, la derrota puede ser paliza. Goles de larga distancia le han marcado a todas las selecciones, a todas las han derrotado. Obviamente su fortaleza es solo local, los números desavalan todas sus campañas visitantes. 

Peru siempre ha jugado buen fútbol pero tienen un problema casi patológico de definición. Son hábiles, técnicos, pueden llevar el ritmo del partido pero se desconcentran fácilmente y después les toca remontar resultados. Necesitan un motivador que les haga creer lo buenos que son. Cuando hubo líderes, hubo resultados.

Ecuador es la robustez física. Desde el 2002, primer mundial en el que participaron, sus jugadores son recios, velocistas que aniquilan con un balón al vacío o laterales que salen disparados. Hasta la última eliminatoria esa seguía siendo su apuesta que solo ha encontrado pausa con Alex Aguinaga. Si uno revisa sus selecciones clasificadas a mundiales, encuentra un patrón de corpulencia física que tambíen se haya en clubes que han sobresalido como la Liga Deportiva de Quito o el Independiente del Valle.

Chile a diferencia de los anteriores no ha conservado un estilo fijo. Su generación más exitosa se ha caracterizado por un ataque a un solo toque, vertical, presionando en cuatro cuartos, esa es la herencia de Bielsa y Sanpaoli, un equipo que compensa su escaso promedio de estatura con agilidad y juego colectivo. Es diferente de la otra generación recordada, la de Salas y Zamorano, dos cabeceadores natos. El fútbol de Chile debería tomar el estilo actual y promoverlo en sus jóvenes, fomentarlo en sus divisiones inferiores como una semilla para mantener ese ataque incisivo, desgastante, efectivo.

No es casual que Venezuela sea el más chico. No ha forjado un estilo que los identifique, uno que se practique instintivamente, llamemos "nacionalmente". Sus Selecciones han jugado de acuerdo a sus plantillas y posibilidades. Siempre ha sido una Selección con más futuro que presente. Se viene una camada de subcampeones del mundo. Tienen además un uniforme muy bonito.


En Sudamérica el fútbol se mezcla con la vida y por eso es un reflejo de lo que somos, de quienes somos. Basta con ver a nuestras selecciones nacionales y nuestros clubes para entender como afrontamos la vida en esta parte del mundo. "Entrenar" pareciera a veces exclusivo de esos que entienden el fútbol como algo artificial que comienza cuando comienza el entrenamiento o el partido. Para Sudamérica fútbol es niñez, adolescencia, proyecto de vida, una o muchas noches sin dormir, una cosa que excede las palabras y se queda sin explicación. Esa me parece una buena definición de pasión.