viernes, 2 de marzo de 2018

Malos jugadores

Una de las 1000 razones que hacen de Lio Messi el mejor de la historia, me atrevo a decir la más importante, es su amor al fútbol. Desde que veo este deporte en cualquiera de sus formas recuerdo pocos jugadores que disfrutaran tanto con el balón a sus pies. Es una idea en apariencia simple pero nada superficial. Hay otros jugadores que también aman el fútbol, pero aman más ganar en el fútbol, lo que constituye una visión y por ende una manera de vivir el fútbol diametralmente opuesta. 

Messi juega para tener el balón en su poder, para sentir el placer de tocarlo con su pie una y otra vez. Entonces en una carrera Lio busca lo que quiere, no importan las patadas, las zancadillas, los halonazos en la camiseta cuando deja rivales desperdigados, su objetivo es no despegarse del balón. Su amor es la pelota y salvo una entrada que realmente lo desestabilice él seguirá corriendo como el niño que corre detrás de su juguete.

El amor a ganar es otra cosa. Amor a ganar es el caso de Luis Suárez, de Robben, de todos los jugadores que se atreven a ensuciar el deporte con una "picardía". Aunque tengan las condiciones para ser número uno, jamás lo serán porque la condición más importante es un amor a la pelota más fuerte que cualquier otra cosa. Querer ganar los ha hecho inventar faltas, perder tiempo deliberadamente, pegar, pegar y hacerse la víctima, engañar a un defensa que fue a hacer su trabajo y terminó siendo timado por la mala intención de jugadores como estos.

Todos ellos serán siempre segundones. Porque al hacerlo, inconscientemente aceptan no ser ni estar lo suficientemente capacitados para ganar con talento, ellos dan por sentado que los medios justos son insuficientes y en consecuencia requieren de comportamientos como estos, totalmente extradeportivos. Solo logra ser mejor quien cree que puede ser el mejor. 

Si yo fuera Director Técnico y mi delantero finge un penalty, aunque no lo piten, yo lo sanciono tres fechas y me importa un carajo que sea la estrella. Como se atreve a enviarle ese mensaje a sus compañeros, a ensuciar mi amado deporte. ¿Cual es el mensaje de un jugador que a pesar de las patadas y las faltas continúa hasta donde puede? El mensaje es vamos a dar lo mejor de cada uno, vamos a demostrar con fútbol que somos mejor equipo. El mensaje de quien se tira es "no podemos, no somos capaces, esperemos que esto sirva de algo".

Así que más trabajo desde el cuerpo técnico con la formación de personas, es por su propio bien. Vamos a censurar esto desde el cuerpo técnico y no a esperar que sea castigado desde la comisiones arbitrales. A fin de cuentas se trata de no mentir, y si nadie dice nada, significa que todos son convenientes, que no hay integridad y que están dispuestos venderse al mejor postor. ¿Alguna vez vieron tirarse a Messi? Yo no.

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