domingo, 28 de enero de 2018

El otro lado de la cortina

Aunque el fútbol de Europa Occidental siempre ha acaparado los titulares de la prensa mundial, el otro lado de la cortina también ha jugado fútbol digno de recordación. Naturalmente no han ganado lo que han ganado sus vecinos, pero dos copas de Europa (actual Champions), tres Copas de la UEFA y dos Eurocopas dan cuenta de una cultura futbolística que durante años fue reconocida por su calidad y que incluso llegó a jugar finales de Copa del Mundo cuando Hungría alcanzó la última instancia en 1938 y 1954. 

Esa selección húngara durante casi tres décadas fue el rival a vencer en Europa y el mundo. Entre sus gestas está haber contado con jugadores estrella en las mejores ligas del mundo, haber ganado 3 medallas de oro en Juegos Olímpicos (los que se dicen fueron los primeros mundiales) y haber propinado las dos goleadas más abultadas en la historia de la Copa del Mundo. Los Magiares le pasaron por encima a El Salvador y Corea del Sur, 10-1 y 9-0 respectivamente. Los 50's fueron la última década gloriosa para los húngaros que hasta el día de hoy han estado muy por debajo del primer orden. 

De ese mismo periodo proviene la Eurocopa ganada por la URSS, país que además ganó tres balones de oro, uno de ellos para el único arquero condecorado con esa distinción, Lev Yashin, la araña negra. Casi medio siglo después como clubes rusos, el CSK de Moscú y el Zenit de San Petesburgo ganaron cada uno Copa de la UEFA. Ahora se preparan para organizar una Copa del Mundo en la que alcanzar segunda ronda sería todo un logro. 

Corrida la cortina de hierro el fútbol de Europa Oriental cayó en un bache propio de países asolados por la guerra y economías inestables. Jamás su juego volvió a ser lo mismo y por supuesto tampoco sus resultados que han sido eclipsados por su contraparte occidental, particularmente después de la Perestroika. Los regímenes comunistas hacían hincapié en la formación física de sus ciudadanos y por supuesto en sus representaciones deportivas. Ese apoyo perdió sustento con la implementación de un nuevo modelo económico, lo que se vio reflejado no solo en el fútbol sino en disciplinas en las que siempre fueron potencia como la gimnasia. 

Hubo sin embargo algunos puntos que niegan esa realidad y que por momentos hicieron recordar ese pasado esplendoroso de esa parte del mundo. El rumano Hagi era un crack, una técnica tremenda, zurdo con media y larga distancia, hizo muchos goles. Como lo sufrió Colombia. La selección de Rumania de los 90s, de la que él era capitán fue increíble. Los -escu, Lopescu, Popescu, Petrescu, Dumitrescu. Jugaron 3 mundiales maravillosos y en todos la gloria se les escapó por un pelo. Además el Steaua de Bucarest fue el primer club de Europa del Este en ganar la Copa de Campeones de Europa en 1986, lo que constituye un hito en la historia futbolística de ese país.

Y si hablamos de los 90's Bulgaria debe estar ahí. Hristo Stoicoff comandó la mejor generación de su historia. Clasificaron a USA 1994 en una eliminatoria increíble que se decidió en el último partido en Paris. El empate le servía a Francia para volver a un mundial después de haber faltado a la Copa anterior en Italia. Al minuto 90 Bulgaria terminó de darle vuelta al 1-0 en contra y ganó 1-2. Hicieron un mundial formidable donde ocuparon el cuarto lugar. También asistieron a Francia 98 pero fueron una decepción. Aparte de Dimitar Berbatov no han vuelto a sonar.

En 1991, exactamente durante la desintegración de Yugoslavia, es decir durante la guerra de Yugoslavia, la Estrella Roja de Belgrado se coronó campeón de Europa con nombres como Proscinecky (el croata), Mihalovich (el serbio), Belodedici (el rumano). Después del baño de sangre, de todas las nuevas repúblicas, Croacia es la única que ha luchado por permanecer en la élite del fútbol europeo. Inolvidable su mundial del 98 en el que eran debutantes y quedaron terceros. Suker un pescador. La final se les fue en un parpadeo porque incluso iban adelante en el marcador en esa semifinal contra Francia que después se coronaría campeón. Han producido enormes jugadores, de hecho, la clave de ese Real Madrid que todo lo ganó durante dos años, además de Cristiano, era Modric. Una clase ese muchacho. Hay que decir también que esa camiseta ajedrezada es hermosa. 


El último gran referente de Europa Oriental puede ser el ucraniano Shevchenco. Con el Milan ganó todo lo que jugó, fue balón de oro y llevó a su selección al único mundial de su historia donde hicieron una presentación bastante decorosa. La terna de clubes orientales europeos con Copa UEFA la completa el Shaktar Donetsk que alcanzó el título en el 2009. 

Capítulo aparte para la Selección griega campeona de la Euro 2004. Nos recuerda que en el fútbol no hay nada escrito y que es impredecible, que intentar explicarlo es perder el tiempo. Que esos programas de opinión en los que se hacen aseveraciones infalibles y se culpan a técnicos o jugadores por salirse de la lógica son una real estupidez. Con todo su conocimiento de comentaristas y periodistas "expertos" (excluyo en Sudamérica a 3) no pudieron predecir que Senegal le ganaría a Francia, que Colombia le metería 5 a Argentina, Chile 7 a México, o que Grecia sería campeón. Un recordatorio de que un equipo debe jugar a resaltar sus virtudes, como Grecia que se sabía limitado, corajudo, con buen juego aéreo y férreo bloque defensivo. Catorce años después yo sigo celebrando esa Eurocopa.

La pasión de los hinchas, clásicos de renombre mundial como Partizan-Estrella Roja, Olympiakos-Panathinaikos, Galatasarai-Fenerbache, una historia de buen fútbol y jugadores excelsos son la prueba de que el fútbol en Europa Oriental es tan amado como en Europa Occidental o Sudamérica. Eso es lo más importante. A la hora de jugar fútbol la pasión va primero, la formación es un complemento. Quedan servidas algunas preguntas y quedan servidas sus respuestas. ¿Volverá algún día ese esplendor del periodo comunista, u ocasionalmente aparecerán equipos competitivos? Lo segundo. ¿Serán capaces de ganar cosas importantes? Es improbable, aunque en una región donde el fútbol es pasión, cualquier cosa puede suceder.