martes, 1 de mayo de 2018

Fútbol Grado Cero

Perseguir la pelota se remonta en el tiempo casi 4000 mil años según lo indican descubrimientos arqueológicos en Japón y China. Hubo también hallazgos en Grecia, Roma y la civilización maya que indican la práctica del tosco deporte a lo largo de todo este tiempo en ambos hemisferios. Hordas se juntaban con la idea de correr detrás del objeto en un duelo carente de reglas y escrúpulos. El juego, que era más batalla campal, era el catalizador perfecto para que jugadores y espectadores se olvidaran de las contrariedades de la semana por lo que siempre atrajo grandes concentraciones de adeptos. 

Solo hasta el siglo XIX la Gran Bretaña post-Revolución Industrial, que por el protestantismo había desligado las decisiones importantes del brazo clerical, fue terreno fértil para el desarrollo intelectual que refinó el ejercicio físico, la cultura, las artes y la educación académica. Ahora el juego primitivo, mucho más parecido al rugby en su funcionamiento, iniciaba en los campus universitarios de la tierra de Darwin, un proceso de selección natural entre quienes utilizaban las manos y quienes utilizaban los pies. Fue necesaria la intervención de una clase educada capaz de invertir esfuerzos y recursos en su tiempo de ocio para que rugby y fútbol definieran su identidad por medio de la práctica y el tiempo.

Así que al Reino Unido se le debe la formalización de un juego que en principio ellos practicaban sin otra norma que llevar la pelota hasta un punto determinado. Las castas educadas de Cambridge y Rugby (una ciudad con amplia vida universitaria) definieron los límites entre ambas disciplinas que grosso modo fue la prohibición de las manos para todos los futbolistas (los arqueros no existían en ese momento). A continuación se pretendió unificar la carrera de los participantes y así evitar que los delanteros permanecieran estáticos alrededor del objetivo. Vino el saque de la banda y la penalización cuando las entradas excedían un límite de dureza.

Fue inevitable la proliferación de clubes no universitarios empezando por el Sheffield Club en 1857 y el Notss County en 1862 lo que indujo a la conformación de un ente que reglamentara la práctica y que vio luz el 23 de octubre de 1863 con la fundación de la Football Association. Había nacido el fútbol. La asociación instauró la medida de la canchas, postes laterales y terminó de moldear la identidad del nuevo deporte al darle forma definitiva al balón que aún era ovalado y atraía burlas de los rugbistas que entre otras cosas consideraban el nuevo deporte muy delicado.

La Football Association crea la primera competición de la historia en 1871, la copa de la Football Association, y en 1872 se juega el primer partido internacional de la historia entre Inglaterra y Escocia con empate a cero, dos selecciones que además influencian todo el fútbol procedente con dos estilos claros y opuestos. El primero de lucha, el segundo de talento.  

La práctica se expandió como pólvora por todo el Reino Unido. De hecho, la primera copa de naciones de la historia incluye a las selecciones de Inglaterra, Escocia, Gales y una selección de fútbol de la isla de Irlanda. Un ente que reglamentara los encuentros internacionales fue necesario y así formaron la International Formation Board, estamento normativo que terminaba de unificar la práctica del deporte y de organizar la primera copa que a la postre fue ganada por los escoceses. 

En Sudamérica el deporte se disemina debido a la fuerte actividad comercial de los ingleses, que además habían cruzado el Canal de la Mancha y entraron a España por Huelva y Gibraltar donde sus marineros mantenían una agitada extracción de cobre; en Europa central y oriental el fútbol se inocula a través de Suiza, aliado de antiguas y sólidas relaciones comerciales. Puntos estratégicos habían acogido el deporte, era solo cuestión de tiempo para que se esparciera por todo el continente y el mundo.
  
La nueva práctica representaba comunidades enteras con jurisdicciones establecidas, lo que causó una fiebre asociativa que condujo al nacimiento de varias confederaciones nacionales y de torneos profesionales, el primero de ellos, el organizado por la Federación Nacional Española en 1902 y que enfrentó en la final al Club de Fútbol Barcelona contra el Vizcaya Fútbol Club que saldría vencedor. Años después sería re-nombrado como Athletic de Bilbao.

En 1904 representantes de ocho naciones europeas se dan cita en París con la excusa de presenciar el encuentro internacional entre las Selecciones de Francia y Bélgica. También charlarán sobre la importancia de crear un organismo supranacional que organice y reglamente el fútbol en Europa y el mundo. Es el nacimiento de la FIFA con la ausencia de los representantes del Reino Unido que tienen esta tendencia al separatismo, y que consideraban el nuevo estamento incapaz de reglamentar el deporte en todo el planeta. Solo hasta 1910 la FIFA recibiría petición de asociación por parte del Reino Unido, con el inconveniente de que el reglamento establecía un equipo por confederación, y ellos eran 4 Selecciones con confederación. El congreso de la FIFA, pensando en una Federación en pleno crecimiento, resuelve que cuatro selecciones son mejor que una.

El fútbol se convierte en deporte olímpico en los juegos de Londres 1908 donde Inglaterra alcanza la presea dorada, como lo haría cuatro años después en Estocolmo. Las olimpiadas proporcionaban un comedido pero prometedor Campeón del mundo, como después lo sería Uruguay dos veces consecutivas, de ahí que su escudo ostente cuatro estrellas aunque hayan ganados dos mundiales, y que las tribunas del Estadio Centenario se llamen Colombes y Amsterdam, ciudades que albergaron los olímpicos en los años que Uruguay se llevó el oro.

El fútbol convertido en deporte olímpico había abierto el espectro de participación a todo el mundo, se había convertido en un escenario mucho más amigable para las confrontaciones nacionales que los campos de batalla. Después de los primeros juegos olímpicos del siglo se plantea para la FIFA un liderazgo global capaz de unir en el fútbol lo que estaba separado por la política. Cuando el deporte está listo para una primera competición al comando de su ente rector, los fuegos de la guerra estremecen toda Europa y hacen posponer el torneo hasta 1930, Uruguay organiza el primer mundial de fútbol. 

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